julio 29, 2015

“A LOS JÓVENES NOS CORRESPONDE REHACER LA POLÍTICA”: CAMILO PADILLA



Por: Carlos Arturo Gamboa B.
Algunos recordamos a Camilo Andrés Padilla Zapata como un estudiante irreverente de la palabra y de la acción cuando cursaba su pregrado de Comunicación Social-Periodismo en la Universidad del Tolima; no pocos profesores, directivos y compañeros de aulas, tuvimos que hacerle frente a sus irónicos y acertados comentarios sobre academia, política e incluso sobre la vida cotidiana en el campus de la universidad. Convencido de que la vitalidad de la juventud y de las ideas deben estar al lado de las trasformaciones sociales, siempre ha fungido como un crítico mordaz de la estólida academia que parece ciega y sordomuda ante la realidad. Terminado su pregrado, se especializó en Pedagogía, y actualmente, con apenas 24 años, con una alta formación académica y mucho empuje social, este joven cajamarcuno es candidato al Concejo de Cajamarca por el Polo Democrático Alternativo. Desde este blog propenso al pensamiento crítico, se le ha querido extender una invitación a conversar.
Carlos Arturo Gamboa: ¿Por qué un joven ingresa al mundo de la “política” cuando estos escenarios están tan desprestigiados?
Camilo Andrés Padilla: Precisamente porque es necesario rescatar la política, convertirla en un ejercicio digno desde el cual se pueda transformar nuestro contexto, que deje de ser un juego para los beneficios personales y se convierta en una herramienta de las comunidades para lograr su bienestar. Por ahí dicen que la política hay que hacerla o padecerla, a los jóvenes nos corresponde rehacerla.
Carlos Arturo Gamboa: Como egresado de la universidad pública ¿cuál es su opinión acerca de la relación universidad y sociedad?
Camilo Andrés Padilla: Lastimosamente la universidad es una isla en el contexto político, y es un fiel reflejo de los males que afectan a la sociedad, sigue en manos de las maquinarias politiqueras que invaden las instituciones de burocracia y desfinancian la academia, hay apatía y una ‘suficiencia inmovilizadora’ de los estudiantes; sin embargo, es un escenario también valioso para la comprensión de la realidad, para crear propuestas y buscar alternativas. Concluiría que el gran reto político de la universidad es lograr salir del campus universitario.
Carlos Arturo Gamboa: ¿Cuáles son las tareas políticas de los jóvenes de la segunda década del siglo XXI?
Camilo Andrés Padilla: La primera es defender los recursos naturales, el modelo de desarrollo extractivista pone en riesgo la vida, acaba con los ríos, las montañas, contamina el aire, pone en riesgo la producción de alimentos; el reto fundamental es garantizar que las futuras generaciones tengan un lugar para vivir. Por otra parte, debemos quitarle el poder a quienes todo lo han convertido en un negocio: la salud, la educación, la política y el medio ambiente.
Carlos Arturo Gamboa: ¿Por qué iniciar pretendiendo ser Concejal de Cajamarca?
Camilo Andrés Padilla: Porque es mi pueblo natal y hoy está amenazado por una alianza peligrosísima entre la politiquería tradicional y la megaminería, si los jóvenes no asumimos el reto que nos corresponde van a acabar con nuestros recursos naturales, a desplazar a los campesinos, a cambiar la vocación agrícola y a quedarse con las prebendas y las regalías. Tenemos un reto político inmenso y es defender la Despensa Agrícola de Colombia.
Carlos Arturo Gamboa: ¿Cuáles son eso males de la política tradicional que se deben combatir?
Camilo Andrés Padilla: Es muy poco lo que se puede rescatar de la política tradicional, el sectarismo, la mentira, la corrupción, son males de los cuales ya estamos cansados, y lo peor es que llevan a la desesperanza, la gente ya no cree en la política como una posibilidad. Eso es grave porque desencantan a la gente que podría protagonizar verdaderos cambios, creando un círculo vicioso, decepción- apatía-continuismo.
Carlos Arturo Gamboa: ¿Y existen algunas virtudes la política tradicional que se deban conservar?
Camilo Andrés Padilla: Los políticos tradicionales tienen una gran facilidad para superar sus diferencias y luchar por sus intereses, que lastimosamente son intereses personales. Nosotros debemos aprender a superar las diferencias y luchar por los intereses comunes; eso no implica abandonar los principios, sino adquirir madurez política que permita hacer un cambio real. Los políticos tradicionales sí tienen conciencia de clase. 
Carlos Arturo Gamboa: Dejémosle unas palabras a sus votantes
Camilo Andrés Padilla: Quiero invitar especialmente a los jóvenes para que dejen la apatía y se empoderen de procesos políticos, eso no se reduce al terreno electoral, debe ir más allá. Debemos ser críticos y propositivos, la oposición se vuelve cerrera y no trasciende cuando carece de una propuesta alternativa. En cuanto a las elecciones, los invito a que voten conscientemente, que revisen propuestas, hojas de vida, perfiles, planteamientos para no tener que lamentarnos después.

julio 27, 2015

EL VALOR DEL CERO

Por: Boris Edgardo Moreno

La vida es un caminar constante por un laberinto colmado de caminos, que nosotros mismos hemos trazado. En ese cotidiano abrir trocha, llegué un día a una meseta de miles de verdes. Allí vivía un hombre que amaba los números, era conocido con el remoquete de “el matemático”, lo observé varias noches en el bar que frecuentaba y me di cuenta que era un ser de silencios extensos y miradas de reflexiones profundas. Con el tiempo fui notando que esa manera de ser, no era otra cosa que la expresión de una ecuación que no necesitaba aislar el ruido, para dotar de verdad la igualdad. O dicho de otra manera, era un estilo de vida preñado de una matema, que le permitía  a los números expresarse en toda su esencia.
Aprovechando las pocas noches en las que abandonaba sus prolongadas reservas, me explicó cómo se expresaba el sentido y significado del cero en la existencia; sin ningún tipo de adorno dijo: el amanecer, el despertar, el iniciar es simplemente la manifestación del cero y agregó, solo puede comenzar de cero aquel que ha sido dotado de amor.
Esas cortas palabras, me permitieron comprender por qué enseñaba con tanta facilidad las matemáticas a niños y a jóvenes, ese amor profundo por los números, le permitía iniciarlos fácilmente en el maravilloso juego de las matemáticas, de cero, o si se me permite del vacío, los dotaba de alas para que volaran con tranquilidad en ese encantador mundo de las ecuaciones.
De esa significativa charla, también pude extraer que la forma del cero, o sea su redondez, también hacían parte de su acontecer, sobretodo en su componente lúdico. La pasión que tenía por la esférica era tan profunda, que al llegar el mínimo murmullo a sus oídos, de algún referente sobre fútbol, abandonaba de plano sus silencios y emprendía entretenidas charlas que se prolongaban por incalculables minutos; dotado de una prodigiosa memoria, versaba de las formaciones de las mejores selecciones desde el mundial de Uruguay hasta Chile dos mil catorce; jugadas, goles, atajadas, gambetas… eran narradas por “el matemático”, como si estuvieran sucediendo en ese mismo instante, como si las estuviera viendo y él fuera un narrador, encargado de trasmitirnos con detalle lo que estaba sucediendo en las cancha.

En forma y fondo, “el matemático” logró darle valor al cero. Paradójico, muy paradójico, ya que vivimos en un tiempo en que andar en ceros es no tener valor alguno. Cuando el mundo se enloquece contando a partir de uno, existió un hombre que comprendió el cero, y construyó a partir de allí, un modo de ser, donde el amor, la pedagogía y el balón de fútbol, bastaban para desbordarse con infinita alegría en aquella meseta de hermosos verdes, donde se comprende bailando que la vida es “amor y control”. Hasta siempre, John Jairo Villalobos.