septiembre 13, 2013

TRANSCURRIR UT (SEPTIEMBRE 13 DE 2013)



Por: Carlos Arturo Gamboa B.


1.

La Asociación Sindical de Profesores de la Universidad del Tolima terminó las negociaciones con la Administración. Es de resaltar que después de más de dos décadas el Sindicato logra acuerdos para mejorar las condiciones del profesorado, incluidos los catedráticos, los ocasionales y los de planta. Otro aspecto a resaltar es que las negociaciones no fueron solo alrededor de temas reivindicativos y justos, sino también alrededor de una idea de universidad pública, lo cual indica que el docente no solo es un trabajador corriente, sino que es un sujeto político que debe preocuparse por la sociedad que ayuda a construir o a destruir. Como no todo se puede transformar por medio de un pliego, lo que queda es recuperar el espíritu docente de los casi 1500 catedráticos y 270 docentes de planta, para que defendamos los logros de este documento y participemos más activamente de la vida universitaria.

2.

Desde el 16 al 20 de septiembre el programa de Comunicación Social-Periodismo de la Universidad del Tolima, celebrará la “IV semana de la comunicación”. Con una variada programación y sobre todo como un espacio para compartir el desarrollo de distintos productos comunicacionales elaborados por estudiantes y docentes, este encuentro ayudará a fortalecer la mirada colectiva que actualmente se realiza en el rediseño del plan curricular del programa. Gran auge de productos audiovisuales y una ausencia marcada de productos escritos en la programación demuestran una tendencia, muy a mi pesar la palabra escrita sigue en deuda. Bien por los muchachos de Sin Pretextos y El Salmón, y por el espacio para la presentación del blog en http: //enusodenuestrasfacultades.wordpress.com; tres espacios alternativos.

3.

Mientras el país se cocina en el caldo del inconformismo, en la Universidad del Tolima el silencio parece ser el condimento para adormecer las mentes. La avanzada de los reaccionarios, que en lo que va del 2013 han convertido el campus en un territorio imaginario del caos, han logrado su objetivo: sembrar miedo y paralizar los cuerpos; auspiciados por los medios amarillistas de la ciudad. Los combos miran al cielo, critican el capitalismo, levantan su mano contra el imperio, apoyan en sus discursos a los campesinos, pero no ven (o no quieren ver) que nuestro sistema educativo es el abono de “eso” que criticamos. El capitalismo está metido en lo profundo de nuestras aulas, en los currículos, en las práctica cotidianas. El mal de nuestro tiempo no es la ignorancia, es la ceguera heredada o fingida.

4.

El colectivo Proyecto V emitió una Carta Abierta en donde expresan sus inquietudes frente al manejo que, en el poco tiempo de administración, viene ejerciendo el Decano de la Facultad de Ciencias Humanas y Artes, quien no encuentra un método que ayude a cohesionar la comunidad en pro de la construcción de un derrotero para la Facultad más grande de la Universidad del Tolima. El problema es que difícilmente lo logrará, cuando miramos por el espejo retrovisor y recordamos cómo fue elegido, vemos su mayor apoyo en una alianza de los sectores más reaccionarios liderados por la Administración, a quien solo le faltó emitir una resolución en donde invitaran a votar por el decano actual. Es lamentable entonces que los esfuerzos por la construcción colectiva, por la reflexión crítica y por la apuesta de la humanización de las humanidades, termine en pobres enunciados y en el desconocimiento de la potencia de la comunidad misma. No debe olvidar el Decano que los que le consiguieron votos no están ahí para apoyarlo, porque lo único que saben es eso, conseguir votos.

5.

Una queja constante sobre los espacios universitarios se viene escuchando. María Victoria Valencia, Directora del Cine-Club, hizo un reclamo público porque no le facilitan los auditorios dispuestos para las proyecciones de cine. Los estudiantes de Distancia se quejan porque los envían a colegios, mientras existen salones disponibles (me consta) en el campus. Esto solo indica que no existe una planeación adecuada de los espacios, que muchos solicitan salones que luego no ocupan, que otros se creen dueños de las aulas y cargan las llaves de salones, que tienen prioridad los estudiantes de posgrado, etc… A esto sumen que no hay cafeterías adecuadas, espacios deportivos y puntos de encuentro cultural. ¿Pensarán esto en la Oficina de Desarrollo Institucional?

septiembre 09, 2013

PUNTO FINAL



Por: Carlos Arturo Gamboa B.
En febrero de 2012, cuando lanzábamos el No. 21 de la Revista Aquelarre, escribí unas palabras alborozadas que cerraban así:

(…) necesitamos de locos, soñadores, atrevidos con palabras, derruidores de templos, anatemas, socavadores del sistema, forjadores de martillos, eso es lo que reclama nuestro tiempo, de esos seres se deben poblar las universidades, de esos seres se alimenta Aquelarre, gracias a ellos por estar cerca, por sus grafías, por sus apuestas, porque por ellos quienes enfrentan los nuevos molinos de viento, es factible seguir celebrando un Aquelarre, distante forma del recuerdo que evitará el olvido.

Hoy sigo pensando lo mismo, sólo que miraré su transcurrir desde la distancia, porque ante la insolencia se debe erguir la dignidad. No puede un ser humano endilgarse el remoquete de “crítico” y someter bajo el imperio de su verbo toda acción, no puedes gritar libertad mientras tu suela aprisiona las ideas de los “otros”. La ruptura se hizo inevitable ante la enunciación y actuar constante del director del Centro Cultural, Julio César Carrión, quien sin atreverse siquiera a debatir los argumentos, afirma tajantemente que la revista no se maneja bajo “criterios de democracia”: ¿Por qué será que a veces nos negamos a aceptar lo que sospechamos? Ese simple enunciado encierra la imposibilidad colectiva y es mejor estar en situación de abismo que anclado a un proyecto en donde se nos exige que actuemos de florero.

Debido a la injustificable expulsión del profesor Alexander Martínez Rivillas del Comité Editorial de Aquelarre, un grupo de los demás miembros expresamos lo paradójico de tal acción en una revista cuyo eje central es el pensamiento crítico, por lo cual decidimos propiciar un debate desde la revista y el Comité Editorial para seguir consolidando el proyecto y evitar que los buitres que planean a la distancia dieran cuenta del mismo. Por eso esperamos sopesando los argumentos porque a veces las rupturas son oportunidades; pero finalmente la terquedad y el personalismo terminaron por derruir lo colectivo. Tanto la expulsión del profesor Martínez como la negativa a la argumentación crítica, me llevan a expresar mi alejamiento del proyecto Aquelarre.

No es factible seguir remando en una canoa timoneada por la soberbia. No es posible aceptar el desprecio por el afecto. Es impensable sobrevivir a la deriva de un tiempo insolidario, cuando incluso a tu costado izquierdo la insolidaridad campea en seudo-abrazos. Es mejor cambiar de ruta, al fin y al cabo en un lugar sin democracia, cualquiera puede ser sospechoso por pensar.

Mientras tomo distancia pensaré como lo hacía José Ingenieros, que “así como los pueblos sin dignidad son rebaños, los individuos sin ella son esclavos”. Como en los antiguos ritos paganos, sin participación real no hay colectividad y se desdibuja el aquelarre. Punto final.