enero 26, 2012

UT 20.12: ¿TRANSICIÓN O CONTINUISMO?

Por: Carlos Arturo Gamboa B.

Los periodos extensos de gobierno siempre fenecen con los mismos síntomas: menoscabo de las participaciones democráticas, construcciones de meta-relatos excluyentes y asfixia institucional. Esos son los síntomas presentes en la Universidad del Tolima tras más de una década de una administración que cayó en la principal trampa del poder, su obnubilación.
A falta de unos claros lineamientos académicos, la Universidad del Tolima ha venido soportando una serie de fenómenos que evidencian su crisis: direccionamiento administrativista por encima de su misión académica, afán por cumplir los indicadores del mercado educativo y apuesta a los simulacros universitarios en boga, -hoy llevados a la guillotina por el movimiento estudiantil-, que han extendido un negro manto de dudas sobre la razón de ser de la única universidad pública en 24 mil kilómetros a la redonda.
El desafío ahora es romper con esa lógica, es devolverle a la Universidad su dignidad de Alma Mater, es desatar el nudo gordiano de la politiquería que permeó su esencia, es levantar el rostro y divisar la ruta de su razón de ser. El problema central consiste en cómo desenterrar las raíces, porque es simbólico que la cabeza de la administración ya no esté, pero las malezas plantadas durante años siguen vigentes, están enraizadas en los estamentos profesorales amañados con el “nada cambia”, en los funcionarios adormilados por la prebenda, en los estudiantes cooptados con pequeñas dádivas, en los escépticos del “importaculismo” del siglo.

Pero también están muchos a la expectativa: los docentes comprometidos con el saber, los que hacen de la cultura resistencia, los funcionarios honestos que cada día ejercen su labor con dignidad, los estudiantes inquietos que no se acomodan al vaivén de las olas burocráticas, aquellos que no son indiferentes porque piensan, discuten, sueñan… Con ellos toca unir voluntades para devolverle a la Universidad del Tolima un espacio en el escenario de los sueños de transformación social. No será fácil, romper el ciclo de acomodamiento y mezquindad es necesario, y son muchos que anquilosados al poder clamarán porque la sombra de su pastor no los desampare. El reto está en poder tejer el hilo de la transición de una institución mercantilizada y tecnocrática hacia esa Universidad Pública que deseamos, si estas rupturas no se gestan estaremos entonces condenados a la extensa noche del continuismo.

enero 22, 2012

SISTEMA EDUCATIVO: ¿CRISIS O INVIABILIDAD?

Por: Carlos Arturo Gamboa B.
I
No es que el sistema educativo esté en crisis, es que no es viable, sólo elucubrando de esa manera podemos empezar a debatir los múltiples escenarios de la educación en Colombia, incluso la privada. El Ministerio de Educación, tan aparentemente preocupado por el sector de lo público debería “inspeccionar” aquello que sucede en la cotidianidad. Cada vez la carrera docente es más parecida al teatro de lo absurdo, los nuevos profesores se enfrentan a un mundo de la vida en donde su saber es burla del mercado. Colegios que pagan miserables salarios a los recién egresados hacen que comparativamente gane más un limpiador de parabrisas. Lavar los parabrisas en los semáforos es un sub-oficio más de la clase desprotegida y su labor es vital. Un joven sin más oportunidades puede llegar a ganarse entre 15 y 20 mil pesos en el día. Un docente recién egresado de un pregrado debe trabajar medio tiempo por la irrisoria suma de 250.000 pesos mensuales.  Por cada jornada suya obtiene 8.300 pesos, de ahí paga su transporte y no sigamos calculando. Además debe orientar todas las áreas, porque por obra del mercado en las escuelas si existe la transdiciplinariedad.  Y ante el arrodillamiento del Estado, ¿quién controla el mercado? Lavar parabrisas es importante, evita que la gente se estrelle, pero educar lo es mucho más, evita el atraso y la ignorancia, pero es más benéfico para el mercado tener panorámicos limpios que seres humanos menos ignorantes. Eso garantiza su reinado.
Frente a esa tangible realidad, fácil de verificar con un simple sondeo de los docentes subsumidos a las voluntades de los colegios de garaje y no pocos colegios de tradición, uno termina por creer que el modelo educativo colombiano no necesita una reforma, si no su destrucción. El arte y oficio de la docencia debe estar a tono con la posibilidad de un cambio social, pero dentro del modelo actual es imposible.
II
Ante la arremetida del Ministerio de Educación Nacional contra lo poco que queda de lo público en el sistema educativo superior, la opción de reformar es la menos adecuada. Maquillaje de saltimbanqui son las reformas pasajeras, se requieren cambios estructurales. Atrevamos una propuesta de nueva ley  de educación concreta, como nuestras necesidades:
EXPOSICIÓN DE MOTIVOS
1.       1.La educación es un derecho constitucional, no un bien.
2.       2.Todo colombiano tiene el derecho a educarse hasta el nivel que él autónomamente lo elija.
3.       3.La educación es la base de la construcción de un pacto social por la equidad, la justicia y la dignidad del pueblo.
ARTICULADO
ARTÍCULO 1. La educación es gratuita en los niveles de pregrado y posgrado para todos los colombianos.
ARTÍCULO 2. La Universidades Públicas son autónomas para determinar la naturaleza de los saberes que puedan repercutir en el desarrollo de la población colombiana, es decir de la construcción de sus propios currículos.
ARTÍCULO 3.  El Estado colombiano destinará el 10% de PBI para transferencia a la educación pública universitaria, sin más condicionamientos de que la veeduría ciudadana garantice que dichos dineros no sean repartidos entre la corrupción. Dichas transferencias serán equitativas sin privilegiar las grandes universidades.
ARTÍCULO 4. Las Universidades serán autónomas en la construcción de su gobiernos universitarios, el cual debe estar conformado por miembros de la comunidad universitaria. Habrá un representante del gobierno y del Ministerio, pero sólo tendrán voz, no voto.
Ahora veamos que gobierno y que ministra se le apunta a discutir esta propuesta. Con ellos me siento a debatir. Lo demás es reformismo.