diciembre 29, 2010

OTRA DÉCADA



Por: Carlos Arturo Gamboa

Termina la primera década del siglo XXI y los seres humanos, siendo profundamente históricos, parecen olvidar la historia y construir el presente sin mirar el espejo retrovisor de sus errores. Igual que a finales del siglo XIX e inicios del XX, el mundo avanza a pasos gigantes en el desarrollo de la ciencia, pero cada vez es más trágica su relación con el universo, con los demás y consigo mismo. Si hace cien años se abrían las puertas de un siglo que llevaría al ser humano a conquistar el espacio, también se estaba gestando la apertura de las compuertas de la primera guerra mundial (1914) y de ahí en adelante la atrocidad se convertiría en el devenir de un siglo que será recordado por la historia humana como el periodo en que fuimos capaces de adentrarnos en los micro-poros de la ciencia, pero también descubrimos lo letal de nuestras acciones. Cada siglo trae sus expectativas y sus desencantos y el actual parece responder a esa lógica.

Dos hechos se conectan con el tiempo, como queriendo aleccionar al ser humano sobre su desbordada confianza en la ciencia. En 1912 El gigantesco trasatlántico Titanic, se hunde frente a las costas de Terranova, tras chocar con un iceberg y casi 100 años después el transbordador estadounidense “Columbia" explota en la atmósfera terrestre. Dos iconos del desarrollo caen, uno en las profundidades del mar y el otro en el ancho espacio, sin embargo la fe en la ciencia parece alentar la nueva inquisitoria sociedad del desarrollo. Desbocados en la loca carrera por dominar el universo, el hombre ha olvidado que el equilibrio cósmico es alterado con sus acciones: los tsunamis, las sequías, la deforestación, el calentamiento global, la depredación de lo poco verde que nos queda, están allí para recordárnoslo. Priorizar dinero antes que vida sólo nos ha conducido a ser la sociedad más avanzada en términos científicos y la más atrasada en cuestiones éticas. Si la ciencia fuese puesta al servicio de lo humano, quizás fuésemos el lugar de la utopía.
Arropados por el miedo, la sociedad se refugia en el consumo y la producción de artículos banales mientras cada vez se talan más árboles, se secan las fuentes hídricas, se aniquila la especie, se agota el oxígeno. Desde el año 2001, cuando las Torres Gemelas palidecieron frente a millones de ojos, un miedo profundo se adentró en las mentes y parece que ese miedo se quiere curar produciendo más armas para eliminar las fuentes de los horrores. Pero es el hombre quien produce el miedo y el miedo quien aniquila al hombre. No son los llamados terroristas los que están acabando el planeta, son las grandes potencias que se niegan a aceptar que si no cambian su cultura depredadora, pronto no tendrán sino escombros en sus imperios. Por eso ellos quieren nuestras montañas verdes, nuestras llanuras fértiles, nuestras fuentes hídricas y los búnkeres de oxigeno; pero no con fines de conservación, sino para terminar de depredarlos, porque para el mundo actual es más valiosa una pepita de oro colgando del brazalete de una dama acongojada, que cientos de litros de agua. Como el rey Midas, cuando lo descubran será demasiado tarde.

Termina la primera década de este siglo y el panorama de las autopistas de la red nos traen mensajes silenciosos: posible guerra entre las Coreas, hambre en el continente Africano, torturas en Irak, catástrofes invernales en Colombia, crisis en las bolsas, nuevos descubrimientos genéticos, etc. No son mensajes apocalípticos, sólo son evidencias de nuestras formas de habitar el mundo, del trasegar de millones de seres humanos que no hemos podido entender que el mayor de los retos de este siglo, es sobrevivir a nosotros mismos.

Pronto, en cada rincón del mundo, la cuenta regresiva de un año más trascurrido y uno nuevo por acontecer, nos llenará de sueños, pero para poder realizar esos sueños sólo nos queda la posibilidad de defender la vida, ya que los muertos no poseen derechos ni deberes; porque como dijera un día el gran Albert Einstein: “La vida es muy peligrosa. No por las personas que hacen el mal, sino por las que se sientan a ver lo que pasa.” Feliz década, a todos.

diciembre 23, 2010

POR QUÉ ESTE DISCURSO NO ES TRASNOCHADO


Por: Carlos Arturo Gamboa

Hace solo algunas horas conversé sobre la navidad con uno de esos amigos que se asoman por las ventanas rixomáticas de Facebook. Me preguntó qué opinión tenía acerca de la navidad y le expresé claramente que más allá de tener tiempo para reunirme con los familiares y amigos, departir un buen vino y poder vivir sin la presión de los horarios de oficina, el resto me parecía el mejor negocio del capitalismo basado en el consumo. Entonces empezó a lamentarse de mi poca sociabilidad. Para su argumentación me dijo que le encantaban las luces, le dije que ese derroche de energía no era más que otra amenaza para el planeta. Abogó por los viajes, le expresé que el 80% de los colombianos no salen de vacaciones, su ingreso no se lo permite. Trató de sobornarme con el slogan de los regalos, le dije que muchos padres de familia padecen ese ritual y la mayoría se sienten frustrados y se deprimen por no tener como “satisfacer” los deseos mercantiles de sus hijos. Me habló de la espiritualidad, le acepté su argumento pero le pedí que mirara a su alrededor, porque como yo entiendo la espiritualidad, ella tiene que ver con la felicidad de todos, no con la de unos pocos, y no hay felicidad cuando observo un país inundado, lleno de gente desplazada, millones de desempleados que no tendrán lo más mínimo en estas festividades, cientos de desaparecidos, millones empuñando las armas contra otros millones y mientras tanto la gente se aglomera en las grandes superficies y se somete al mundo del mercado, buscando entre las tiendas y locales un instante de fe-licidad. Fue entonces cuando me dijo: Hermano, su discurso es trasnochado. Luego se desconectó. La virtualidad tiene esa magia, te puede dejar en limbo de la comunicación.

Quise encontrarlo de nuevo en las catatumbas de la red para preguntarle sobre el sentido exacto del calificativo, pero creo que salió de compras. Y como no lo he hallado desde entonces quiero contarle que leyendo una entrevista que Boris Guzmán le hace a Noam Chomsky y que está publicada en la Revista Malpensante, encontré una respuesta más convincente (mi amigo desconfía de los académicos locales). Sólo trascribo la pregunta y la respuesta:

A los 82 años usted sigue denunciando y luchando. Dígame, ¿qué lo mantiene activo y en qué cree? Este verano tuve la oportunidad de presenciar algunas luchas de gente que encara enormes amenazas y peligros en diferentes partes del mundo: campesinos y pueblos indígenas en Colombia, palestinos en campos de refugiados del Líbano, kurdos en el sudeste de Turquía. Y también pude unirme brevemente a aquellos que desde una posición relativamente privilegiada se entregan a esas causas. Ésas son más que razones para mantenerme activo y creer en la esperanza de un futuro mejor.

Amigo, sin querer encontré en Chomsky una respuesta más elaborada para tu calificativo. La verdad te iba a contestar que decirle “trasnochado” a un discurso que propende por la igualdad y por un mundo mejor, sólo era síntoma de una gran ceguera debido a las luces navideñas. Pero ahora me doy cuenta que no son las luces las que te ciegan, es que vos, igual que cientos de hombres honestos, trabajadores y confiables, viven en su burbuja de inmediatez y ante la imposibilidad de un mundo mejor, se resignan con el que tienen. No es ceguera mi querido amigo, es que aún te faltan muchas cosas por ver.

Diciembre 23-2010

diciembre 22, 2010

DECARACIÓN DE LA TENDENCIA ECO-SOCIALISTA



POR UNA ALTERNATIVA POLÍTICA A LA CRISIS DE LA GLOBALIZACIÓN NEOLIBERAL

Conclusiones de la Reunión Nacional, Bogotá, Diciembre de 2010

Los militantes y las militantes del movimiento social y del Polo Democrático Alternativo en Colombia que suscribimos esta declaración expresamos nuestra voluntad de conformar la Tendencia Socialista en Colombia y hacemos público las siguientes ideas y propuestas:

1. Crisis planetaria del capitalismo y perspectiva internacional

Manifestamos nuestra profunda convicción de que la crisis civilizatoria que padece hoy la humanidad es responsabilidad del capitalismo agresivo que degrada el trabajo, la vida, la naturaleza y la soberanía de las naciones y de los pueblos; generaliza el desempleo, reduce de manera drástica la calidad de vida de las poblaciones, propicia guerras por el control de territorios, desplaza comunidades, saquea los recursos naturales, impone un sistema destructor de la vida mediante grandes inversiones en combustibles fósiles contaminando el planeta al extremo de producir la mayor crisis ambiental que ha puesto en riesgo la existencia misma de la vida y de la humanidad.

La crisis económica y social que viven millones de trabajadores y ciudadanos, es el resultado de la globalización neoliberal, la cual es gestionada por las elites financieras internacionales que imponen planes drásticos de ajuste, destruyen las condiciones de vida y trabajo de las poblaciones y desmontan sistemáticamente el ya precario “Estado social de Derecho” eliminando las garantías laborales y sociales y los derechos fundamentales que han sido conquistados mediante luchas y movilizaciones democráticas. Los planes de ajuste diseñados por el Fondo Monetario Internacional y los avalados por el G-20 vienen siendo cuestionados en Europa con grandes movilizaciones de masas. Las huelgas generales de Grecia, España y Francia, así como las manifestaciones estudiantiles, han despertado la simpatía y el apoyo de la ciudadanía, confirmando una vez más la capacidad de resistencia y lucha de los “de abajo” que enfrentan con organización, estrategias y movilización los dictados del capital.

Estas resistencias han puesto de presente la necesidad de encontrar salidas políticas. En este sentido, nos declaramos partidarios de la construcción de una organización internacional anticapitalista de masas que responda a los retos de la crisis global del capitalismo. A nuestro entender, este propósito debe contar con un amplio debate programático en las organizaciones de izquierda y del movimiento social. Ante el vergonzoso papel de aliado secundario del neoliberalismo por parte de la socialdemocracia y del transfuguismo del centro-derecha, y tras el fracaso del “socialismo real”, propugnamos recuperar la estrategia del socialismo anticapitalista, democrático, ecologista, feminista y raizal. Nos declaramos partidarios de abrir amplios espacios de discusión programática de carácter nacional e internacional y crear procesos organizativos de masas a fin de diseñar una estrategia de resistencia y lucha para enfrentar el Imperio, el dominio del capital, las violencias y la injusticia social.

La Tendencia Eco-Socialista y muchas otras expresiones del ideario socialista revolucionario, como la autogestión democrática de la sociedad, apuntan en esa perspectiva y por ello se declaran partidarias de la diplomacia entre los pueblos. Expresamos nuestra solidaridad con las luchas de los trabajadores y trabajadoras y de las poblaciones en contra de los planes de ajuste fondomonetarista, así como expresamos nuestro apoyo a los pueblos agredidos por el imperialismo. Manifestamos nuestra solidaridad con los procesos soberanos de los pueblos y gobiernos de izquierda y progresistas de América Latina.

Nos constituimos también como una expresión política en franca oposición a toda forma de capitalismo verde, incluyendo las fórmulas del desarrollo sostenible de cuño neoliberal fomentadas por la Unión Europea, el Banco Mundial y el sistema de Naciones Unidas. Asimismo, nos identificamos y comprometemos con las formas de autogobierno local inspiradas en la democracia radical, la profundización de la igualdad, las formas solidarias de economía campesina e indígena, y las cosmovisiones o practicas que impulsan una sostenibilidad ambiental radical en sus territorios. Finalmente, apoyamos y desarrollamos los valores morales, éticos y culturales de los pueblos latinoamericanos, empeñados en transformar nuestras relaciones instrumentales con la tierra, la vida y los seres humanos, y todas aquellas expresiones culturales que usualmente regulan, administran y planifican los procesos de resolución de los problemas sociales, profundizando los valores del capital global y sus formas de gobernanza que agreden la dignidad humana.

2. El gobierno de Santos profundiza el neoliberalismo y entrega los territorios al gran capital

El gobierno de Santos profundiza el modelo de neoliberal. Ha presentado al Congreso de la República la propuesta de reforma constitucional denominada de “sostenibilidad fiscal” mediante la cual se prioriza el pago de la deuda pública a los grandes banqueros sobre el gasto social, destruyendo los pocos vestigios del “Estado de Derecho” e instaurando la constitucionalización de los planes de ajuste como política de Estado. Mediante esta reforma la responsabilidad del Estado en política social queda expuesta a mayores privatizaciones, y a merced del asistencialismo y de la filantropía. La reforma a la salud que acaban de aprobar las fuerzas parlamentarias alineadas en el “Acuerdo nacional” además de acentuar la mercantilización, elimina el mecanismo de la tutela, conquista democrática de la ciudadanía. La venta de un 10% adicional de las acciones de Ecopetrol es una decisión política de la privatización de las áreas estratégicas de la economía del país. En las regiones continúan la política de “confianza inversionista” que significa, entre otras, la centralización de las “regalías” en beneficio del gran capital; aumenta las concesiones en hidrocarburos y minería que alcanzan en la actualidad el 80% de la Inversión Extranjera Directa; preserva, igualmente, el proyecto hacendista de Palma aceitera diseñado por el gobierno anterior bajo el lema de alcanzar 6 millones y medio de Hectáreas en el 2019 y construir las grandes represas en diversos puntos de la geografía nacional.

Los eco-socialistas y otras corrientes partidarias del socialismo democrático, nos oponemos al modelo extractivo de recursos naturales no renovables lo cual permite que nos articulemos al gran movimiento alternativo, cada vez más amplio, que apuesta por la transformación del modelo energético basado en la utilización de combustibles fósiles que significa la muerte de la vida, del agua, de la soberanía alimentaria y de la autonomía de las poblaciones. Nuestra propuesta consiste exigir en lo inmediato el compromiso de los gobiernos y grupos transnacionales de reducir la emisión de gases contaminantes sobre la atmosfera a riesgo de seguir acelerando el calentamiento global que lleva al planeta a un deterioro irreversible. Aunque las empresas multinacionales y los gobiernos que las representan siguen desconociendo estas exigencias, tal como se confirmó recientemente en Cancún, México, los pueblos y movimientos sociales insisten en una política de defensa de la vida, del agua, de la naturaleza y de la dignidad humana.

La catástrofe ambiental y climática que vive actualmente Colombia representa una tragedia para las poblaciones y sectores socialmente menos protegidos. Las enormes pérdidas humanas, sociales y económicas, confirman el deterioro ambiental global y la errática política estatal de la deforestación de las cuencas de los ríos, de las zonas boscosas y de los territorios generadores de fuentes de agua. De igual manera, nuestra propuesta consiste en exigir normas que impidan que los propietarios de la ganadería extensiva sigan explotando las riveras de los ríos y de las ciénagas; propendemos la democratización de la propiedad y el uso de la tierra. La tragedia que ha devastado la mayor parte del territorio nacional y que ha condenado a la desesperanza a más de dos y medio millones de colombianos ratifica igualmente la inequidad de la sociedad colombiana y la hipocresía de la oligarquía que mediante campañas caritativas, encubre el paupérrimo alza del salario mínimo para más de 4 millones de personas y sume a 7 millones en el desempleo. La mayor parte de los damnificados son habitantes pobres de campos y ciudades ubicados en zonas vulnerables, sin vivienda adecuada, carente de infraestructura y saneamiento básico, y asistencia estatal.

Nos pronunciamos en contra del modelo extractivo porque devasta el hábitat de las comunidades étnicas y campesinas, porque destruye el ciclo del agua que es el ciclo de la vida y porque erosiona suelos que debieran servir a la producción de alimentos y garantizar la soberanía alimentaria. Por las mismas razones nos oponemos a la producción extensiva de palma aceitera y a la construcción de represas. En conjunto, estas inversiones expresan un modelo económico basado en el control corporativo de los grandes grupos financieros extranjeros y nacionales sobre los territorios, soportado en el terror de Estado, el para-militarismo y la militarización de las poblaciones.

Los Eco-socialistas promovemos la democracia real en los territorios; somos partidarios de
los derechos de las comunidades que históricamente los han habitado, y tienen el mandato de decidir y gestionar autónomamente sus recursos. Propendemos la creación de reservas campesinas agroalimentarias auto -sostenibles, apoyadas con presupuestos públicos y por un reordenamiento territorial basado en las necesidades de las poblaciones y que garantice la preservación de la naturaleza y la biodiversidad. Consideramos que en los planes de vida de los pueblos indígenas, en los mandatos agrarios y en las iniciativas campesinas, en las conclusiones de los Cabildos y del Congreso de los Pueblos se encuentran los fundamentos de un programa alternativo, y que a la vez posibilitan su unificación. Reafirmamos la convicción, para el logro de estos objetivos, de abrir un escenario de solución política al conflicto armado, lo que implica el impulso de un frente amplio de todos los colombianos afectados por estas políticas destructivas de la vida y del ecosistema. Respaldamos las luchas de los sindicatos, organizaciones barriales, estudiantes que demandan autonomía, financiación y democratización del conocimiento en beneficio de la sociedad, defensores de la salud pública, usuarios del crédito de vivienda. El propósito es la unificación en una plataforma común y el diseño de un plan de movilizaciones y resistencia.

Expresamos nuestra solidaridad con las luchas sociales y comunitarias en varias regiones del país en contra de la devastación territorial; con los trabajadores de la caña de azúcar en el valle geográfico del Río Cauca que enfrentan persecuciones laborales y judiciales por parte de los dueños del megaproyecto del azúcar y el etanol; respaldamos las comunidades que resisten en el departamento del Huila, en la zona del Quimbo en contra del proyecto de la multinacional ENDESA—EMGESA--ENEL que se propone construir una represa que condena a la población al destierro; con los que se oponen a la construcción de represas en Ituango, Hidrosogamoso, Santurbán; con las organizaciones sociales y cívicas que se oponen a la explotación minera a cielo abierto en “La Colosa”, Cajamarca, Tolima; con la asociación campesina de Inzá, Cauca en el macizo colombiano que enfrenta el poder de los terratenientes y las concesiones mineras; con las comunidades afro-descendientes que en el Pacífico exigen sus territorios ancestrales. Respaldamos la Jornada Nacional contra los Megaproyectos y por la defensa de los territorios convocada para el 14 de Marzo del 2011 y la marcha nacional de mujeres campesinas propuesta para el primer trimestre del año entrante. También impulsamos una visión y un trabajo político con equidad de género, que posibilite a las mujeres una participación realmente democrática en la construcción de propuestas y en la toma de decisiones. Por ello damos especial importancia a los espacios que se inscriben en la perspectiva de unificar resistencias en Latinoamérica con perspectiva de género y consecuentes con ello, convocamos a la Conferencia Mundial de Mujeres que se realizará en Caracas el 8 de Marzo del 2011.


3) El supuesto reformismo del gobierno de Santos

Manteniendo los lineamientos centrales del anterior gobierno, Santos intenta una política de legitimación del régimen político y de adecuación de la política exterior al actual contexto internacional. En esta materia y en el poco tiempo que lleva su mandato, Santos ha atendido la grave crisis internacional que suscitó el gobierno de Uribe con Ecuador y Venezuela al tiempo que procura un protagonismo en UNASUR. Detrás de este giro en política exterior existen muchos intereses económicos, comerciales y políticos. El arreglo diplomático con los países fronterizos ha servido para recuperar el monto importante de divisas por concepto de exportaciones en momentos en que la economía norteamericana se encuentra en recesión y ha abierto posibilidades a nuevos mercados, particularmente en Asia. La promoción de María Emma Mejía a la secretaría general de UNASUR y las gestiones bilaterales de la cancillería previas a esta propuesta, confirmaron que existe un interés del gobierno de Santos por ganar credibilidad internacional y actuar como “caballo de Troya” conformando un bloque con los gobiernos de México, Perú y Chile, portavoces de la diplomacia estadounidense en la región y tratar de hegemonizarlo.

Entre tanto la incondicionalidad gubernamental con Estados Unidos permanece intacta: en lo militar, asesoría directa a la llamada “seguridad democrática”, ejecución de Plan Colombia, fumigaciones indiscriminadas en zonas agrarias. Hasta tal punto llega la presencia directa de tropas norteamericanas que ingenieros militares aparecieron en público ofreciendo asesoría altruista para resolver el problema de inundaciones en el Canal del Dique. En materia comercial el gobierno busca obtener la prolongación de las preferencias arancelarias mientras espera la aprobación del TLC por parte del Congreso estadounidense de mayoría republicana.

En el plano nacional, Santos ha intentado legitimar las instituciones a través del llamado “Acuerdo de Unidad Nacional” el cual empezó con un consenso parlamentario entre los partidos de la coalición de gobierno y resolvió el conflicto institucional entre el Presidente de la República y la Rama Judicial. Este propósito legitimador intenta incluir de manera corporativa, varios sectores de la burocracia sindical y líderes de algunas organizaciones populares, para cogestionar la política neoliberal. Prueba de ello es el ofrecimiento del Ministerio del Trabajo al actual Presidente de la CGT y el apoyo gubernamental a la OPIC en el caso de los indígenas y a “Nuevo Liderazgo” en el de los campesinos. Esta política pretende, en lo social, dividir al movimiento popular. En lo ideológico busca consolidar la hegemonía del ideario neoliberal. Estamos en presencia de una versión endógena del “transformismo” político, el cual surge en una correlación de fuerzas desfavorable para el movimiento social y popular, y en donde el Establecimiento rechaza cualquier compromiso con las clases subalternas. Su pretensión es integrar el movimiento popular y hacerlo funcional a la lógica del capital y domeñar cualquier proyecto alternativo surgidos de “desde los de abajo”. Los líderes de este “transformismo”, desmoralizados por varias derrotas, sufridas en décadas anteriores y corrompidos por el gran capital, han pasado a las filas de la burguesía y del Imperio. Semejante “transfuguismo” merece nuestro repudio.

Un elemento complementario de esta estrategia legitimadora lo constituye el proyecto de “ley de víctimas” dentro del cual, el problema de los desplazados se presenta como si se tratara de la restitución plena de las tierras usurpadas por el paramilitarismo en las últimas décadas. A todas luces, esta hipótesis es falsa. El Ministro de agricultura al presentar el proyecto ha prometido la restitución de un millón de hectáreas en un lapso de varios años, desconociendo el reciente informe de la “Comisión de Seguimiento a la Política Pública sobre Desplazamiento Forzado” que coordina Luis Jorge Garay, y concluye que el despojo de las tierras supera los 6,6 millones de hectáreas. La evidente diferencia de tierras apunta a propiciar el protagonismo de los grandes inversionistas nacionales y extranjeros que recibirán estos campos a título de concesión. De hecho, el Estatuto Rural que impulsó el gobierno de Uribe y que fue derogado por la Corte Constitucional por no haber cumplido con el requisito de la consulta previa a las comunidades étnicas, incluye las Zonas de Inversión Empresarial, figura jurídica mediante la cual se entregaban por concesión y a perpetuidad las tierras fértiles a los capitalistas rurales en toda la geografía nacional. Después de la aprobación de la ley de víctimas, los discursos oficiales se orientan a justificar ante el Congreso de la República una versión similar al Estatuto Rural uribista. Adicionalmente, las tierras devueltas estarán condicionadas a que los campesinos de manera obligatoria se asocien en proyectos vinculados con la agro-exportación, los cluster empresariales y las cadenas productivas de las grandes empresas transnacionales. El proyecto persigue la formalización del mapa de la propiedad rural “post-conflicto”, el mapa del despojo, para adecuar el mercado de tierras a las exigencias de la globalización neoliberal tanto en inversiones agro-exportadoras como en la explotación de hidrocarburos y minerales. Esta adecuación, a su vez, es el escalón previo a la titularización financiera de la producción y comercialización de la agricultura. En el diseño gubernamental el mercado de capitales encontrará otra área de expansión en el campo globalizado y los operadores financieros en las bolsas de valores saludarán las nuevas posibilidades de negocios que abren los derivados agrícolas.

Sin embargo, a causa de la presión internacional, de las denuncias sobre la violación sistemática a los derechos humanos en el campo y el hecho de ostentar el vergonzoso título de ser el segundo país en el mundo en número de desplazados internos, el actual gobierno se ha visto obligado a reconocer el destierro de millones de compatriotas y promete con el retorno a sus lugares de origen. Insistimos que se trata de una política residual, secundaria, cuyo objetivo principal es legitimar la transición a la globalización de la agricultura.


4)La crisis del Polo Democrático Alternativo y la Tendencia Eco-socialista

La grave crisis por la que atraviesa el PDA obedece en primer lugar a la conspiración envolvente orquestada desde el poder del establecimiento político, el cual ha utilizado todos los medios para destruir la oposición política e impedir las posibilidades de gobierno de la izquierda democrática. Lamentablemente este proceso destructivo contó con el apoyo de dos factores que han minado sus posibilidades históricas: a) la conducta de Gustavo Petro se desplazó hacia el centro-derecha y se ha empecinado en un “acuerdo político” con las élites. Su salida es sólo una solución parcial que devela las intenciones del Establecimiento. b) la incondicionalidad del Comité Ejecutivo Nacional con la Alcaldía de Samuel Moreno ante las graves acusaciones de corrupción y clientelismo; de otra parte, durante su mandato el alcalde Moreno se ha caracterizado por desligarse del Partido en la definición de sus políticas, violando los compromisos adquiridos desde cuando se oficializó su candidatura. Además, su gobernabilidad está inscrita dentro del modelo de ciudad neoliberal y clientelista que impulsaron las anteriores administraciones.

La crisis del Polo contiene diversos problemas estructurales. El PDA desde su origen ha sido un frente de partidos y organizaciones políticas que surgió por necesidad de las exigencias legales para la participación electoral. Hasta ahora no ha trascendido de su proyecto electoral. Ello explica en parte la sistemática ausencia de organicidad que se compensa con una severa centralización burocrática donde predominan el parlamentarismo y el clientelismo. Su funcionamiento ha sido reducido al logro de “consensos por arriba”, sin articulaciones con el movimiento social, sin reglas y respeto por la democracia de las bases y de los militantes. A pesar de sus limitaciones el PDA desempeña un papel muy importante en la transformación democrática de Colombia, y hoy es la única fuerza política de oposición con reconocimiento de masas y que como canal de expresión política es una formación de la organización y movilización de los ciudadanos y trabadores.
Los socialistas consideramos necesario defender el PDA como conquista política de los oprimidos. Para ello, proponemos en primer lugar declarar el estado de emergencia y promover la más amplia democratización. Valoramos la idea de llamar a todos y todas los militantes y simpatizantes a realizar asambleas locales y regionales amplias en dónde se discuta el actual estado de cosas y se formulen propuestas alternativas en la perspectiva de convocar el Congreso del PDA a más tardar en el primer semestre del 2011. El propósito es generar un giro político acorde con los retos y la complejidad de los problemas del momento político. Nuestra propuesta busca construir la máxima democratización y deliberación del partido para proyectar su potencia creadora. En este sentido, promovemos que la reunión de Dirección Nacional de enero 21del 2011 asuma los retos de la crisis, la organización del partido y la participación en la plataforma de lucha social, los procesos electorales y las reglas de juego para convocar el Congreso del Partido. Necesitamos un Polo que piense el país y trace una estrategia de lucha ante la política del Imperio y la globalización neoliberal. Requerimos una amplia movilización social contra el paquete de ajuste y un fortalecimiento de nuestra estrategia para enfrentar el Imperio, el gobierno neoliberal y el gran capital.
La Tendencia Eco-socialista y los socialistas en general, convocamos a la ciudadanía y a los trabajadores a hacer realidad estos propósitos.

Firman:

CORRIENTE ECOSOCIALISTA DE BOGOTÁ:
PRESENTES POR EL SOCIALISMO-CALI;
MOVIMIENTO 14 DE JUNIO:
CORRIENTE ECOSOCIALISTA VALLE DEL CAUCA:
CÍRCULOS SOCIALISTAS DE ANTIOQUIA : .
CORRIENTE ANTICAPITALISTA. IBAGUÉ-TOLIMA:
COLECTIVO SOCIALISTA DE TIERRA ADENTRO—CAUCA:
ESPACIO CRÍTICO—BARRANQUILLA:
COLECTIVO ECOSOCIALISTA-HUILA:
ASOCIACION JUVENIL BOICOT- META

diciembre 13, 2010

AVANCES EN EL CAMBIO AMBIENTAL GLOBAL

W. Neil Adger
Tyndall Centre for Climate Change Research,
School of Environmental Sciences,
University of East Anglia, UK

Katrina Brown
Declan Conway
School of International Development,
University of East Anglia, UK
Traducción: Profesor Alex Rivillas -UT-

1. Dos décadas de cambio ambiental global

Este ensayo corresponde al vigésimo aniversario de la revista “Cambio Ambiental Global”. Estos 20 años también han visto aparecer distintos acuerdos ambientales globales. Para el 2012 se cumplirán también dos décadas de la Cumbre de la Tierra de Río, la cual representó el momento cumbre del optimismo de 200 países sobre su capacidad de promulgar una acción colectiva significativa sobre la sostenibilidad ambiental. Sin embargo, hoy, la crisis ambiental es más aguda, más difícil de gestionar y más extendida que nunca, a pesar de que el conocimiento científico es muchos más amplio que antes.

Rockström et al. (2009), por ejemplo, sugiere que hemos excedido los límites del planeta por tres aspectos de cambio ambiental inducido por el hombre: cambio climático, pérdida de biodiversidad, y cambios en el ciclo global del nitrógeno. Sin embargo, las contribuciones más corrientes a esta revista han subrayado que los cambios globales se manifiestan a escalas diversas e interrelacionadas. En este sentido, la economía del carbono tiene consecuencias que van más allá de los impactos sobre el ciclo global del carbono. Tal como hemos argumentado, la crisis desplegada por el derrame de petróleo en el Golfo de México ha demostrado que la dependencia hacia el combustible fósil tiene consecuencias significativas e indeseables sobre los ecosistemas y las sociedades ubicados en los lugares donde se extraen dichos recursos. El valor monetario de los servicios ecosistémicos en la productividad del delta del Mississippi ha sido estimada en 31.000 dólares por ha. (Talberth and Posner, 2010). Estos ecosistemas y su valor no monetario se encuentran amenazados a corto y largo plazo. Muy probablemente el petróleo residual hará disminuir el valor de los servicios ecosistémicos de pantanos, humedales y aguas costeras en las próximas décadas. Actualmente, la producción primaria en las áreas del delta ha sido afectada significativamente, impactando directamente sobre la pesca y los sistemas biológicos, sin considerar aún los residuos tóxicos del petróleo (Talberth and Posner, 2010). Impactos similares son evidentes después de las décadas transcurridas desde el deliberado derrame de petróleo en Kuwait en 1990, y el derrame del Exxon Valdez en Alaska a finales de los ochenta. Aún así, estos derrames pueden ser modestos en comparación con aquellos relacionados con la contaminación de petróleo de largo plazo en el delta del Níger, el cual ha recibido una atención mucho menor en el escenario global. La gobernanza del riesgo a escala global y sus jurisdicciones territoriales, particularmente relacionadas con la dependencia económica (aún sin solución) de los combustibles fósiles, sigue siendo, en nuestra opinión, el mayor desafío de orden global. Sin embargo, a pesar de 20 años de persistencia del problema, y de distintas ideas provenientes de la ciencia política, economía, geografía y otras disciplinas, en realidad, muy pocos progresos se pueden derivar en términos de acción.

No obstante, la noción de progreso es en sí misma problemática. ¿El progreso del mundo puede transitar otras vías que no sean aquellas que se manifiesten en resultados materiales? Pogge (2008) ha afirmado con convicción que el progreso moral es real y que está a nuestro alcance. Cita asuntos tales como el principio del sufragio universal y la abolición de la esclavitud, los cuales representan ejemplos de cómo el progreso puede ser medido, a pesar de que la desigualdad de género y la esclavitud aún persisten alrededor del mundo. Esto sugiere que el fenómeno de la abolición de la esclavitud solamente sucedió cuando los intereses del capital lo permitieron. Sin embargo, Pogge (2008) y otros sugieren que la aparición de estos fenómenos solo pueden ser explicados racionalmente en virtud de cambios en el orden moral, y que el mismo progreso puede, potencialmente, ser empleado para ejercer presión para la erradicación de la pobreza global.

El mecanismo primordial mediante el cual el progreso moral se hace presente parecer ser la reducción de la distancia moral entre las acciones y las consecuencias de los individuos. ¿Hay evidencia de tales acciones? Singer (2009) expone el caso de que no hay distinción moral entre salvar una vida a través de una acción directa y adoptar medidas para evitar el daño sobre aquellos con los que no se tiene una relación directa. Y también desmantela las objeciones a esta noción universal de responsabilidad por los demás, que frecuentemente se plantean: la ciudadanía, la difusión de la responsabilidad, o la falta de relaciones de causalidad directa entre las acciones y las consecuencias. Rifkin (2009) despliega argumentos similares y examina empíricamente cómo la distancia moral ha sido reducida mediante el incremento de la empatía entre las personas, esto es, la esfera de las relaciones humanas se ha ampliado del parentesco y la tribu a la totalidad de la humanidad.

Rifkin arguye que esta expansión del conocimiento de nuestros vecinos y sociedades solamente ha sido posible, desgraciadamente, con la expansión masiva del uso de los recursos energéticos. Asimismo, interpreta esta evolución como una tensión entre la empatía y la entropía. Las generaciones más jóvenes en particular, arguye Rifkin, están siendo impulsadas “a un cosmopolitismo global y a una sensibilidad empática universal” mediante un compromiso con el mundo que se desarrolla a través de los nuevos medios de comunicación, tales como Facebook, y la movilidad global. No obstante, se puede estar sobrevalorando estos argumentos. ¿La gente se puede identificar con los ecosistemas del mundo, involucrándose a distancias remotas a través de la televisión y la prensa? ¿Puede reducirse la distancia moral mediante el consumo del medio ambiente experimentado por otro? Sicólogos tales como Kahn et al. (2009) han sugerido, por ejemplo, que la sustitución de la naturaleza tecnologizada por la naturaleza “real” tiene, en sí mismo, un impacto negativo sobre el bienestar individual. Adicionalmente, varios casos no prueban que la empatía y la reducción de la distancia moral estén directamente relacionadas, por ejemplo, con la respuesta frente a la contaminación por derrame de petróleo en el Golfo de México y el Delta del Níger. Más bien lo que muestra es la adhesión a un lugar y una localización “de lo que importa a la gente”, lo que representa fuerzas poderosas en las tendencias cosmopolitas de la vida moderna. El apego a un lugar ha sido subestimado y pasado por alto en los debates sobre la adaptación a los cambios y a las relaciones del individuo con la tecnología. Devine-Wright (2009), muestra por ejemplo que la gente está dispuesta a proteger su lugar, incluso si tal protección del lugar está en oposición a las conductas pro-ambientales tales como la ubicación de parques eólicos.

Es fácil por tanto desesperar ante la falta de avances en los siguientes dos aspectos: primero, el progreso material hacia la sostenibilidad ambiental medido a través de los ecosistemas y los sistemas biogeoquímicos, descargas de contaminantes, y desde la nueva emergencia y re-emergencia de viejas enfermedades, más otros temas en la dirección indeseable. Segundo, la idea misma de progreso en la sociedad es difícil de sostener, cuando Hamilton (2010) sugiere que estamos en la posición de negar muchos problemas y aferrados a un modelo de progreso que enfatiza en la prosperidad a través del crecimiento, antes que considerar seriamente otras alternativas (Jackson, 2009) ilustra esta aparente paradoja en la figura 1.


En este contexto, ¿podemos entonces afirmar que la investigación interdisciplinaria sobre el cambio ambiental global no tiene importancia? Los ensayos de este número especial dedicado a nuestro aniversario, valoran y cuestionan la pertinencia y la contribución potencial del marco de análisis global del cambio ambiental.

2. El caso contra el cambio ambiental global

El discurso del cambio ambiental global contiene un curioso valor seductor. Apela a una amplia escala retórica (‘salvar el planeta’) y a una amplia escala de intervención. No obstante, como se discutió arriba, la distancia de los tomadores de decisiones de sus consecuencias conexas, conduce a la despersonalización y, algunas veces, a una visión despolitizada de la historia y la acción humana. Sin embargo, la tierra tiene muchos sistemas físicos y biológicos que realmente operan a escala global o planetaria. Pero es esta tensión creativa (entre lo global y las consecuencias concretas) la que ha estado en el corazón de los debates de la comunidad que investiga el cambio global, con relación al debate ‘contra’ el ‘cambio ambiental global’, el cual se realiza desde la perspectiva de la escala humana y sus consecuencias en este amplio proceso. En los ensayos que siguen, Hulme (2010), Berkhout (2010) y Ostrom (2010) hacen patente, de una manera u otra, los peligros del enfoque excesivo en el marco global del cambio ambiental. Hulme sugiere que los métodos científicos buscan universalizar el conocimiento, pero también que tienden a una ‘construcción del conocimiento de instinto globalizador sobre el cambio ambiental’. Ilustra este cambio demostrando cómo el conocimiento global es materializado, cómo la aplicación del conocimiento es globalizada y concluye que tales tendencias soportan una globalización de los valores. Un ejemplo sobre estos valores globales es la creación de mercados mundiales mediante instituciones globales para los servicios ecosistémicos y las emisiones planetarias de carbono a la atmósfera. Algunos verían entonces un valor positivo en el conocimiento globalizador. No obstante, Hulme (2010), quizás reflejando los sentimientos de Scott (1998), sugiere que la mirada global de los gobiernos hace invisible la escala humana. Los resultados de tal invisibilización es que los ecosistemas son evaluados solamente por sus funciones instrumentales, y que las relaciones de poder global, movilizadas mediante los mercados globales y las instituciones, subestiman el valor del lugar, la identidad y la comunidad que actualmente constituye y contiene las interacciones del hombre con su ambiente.

Si las instituciones globales creadas para gestionar los problemas ambientales fueran exitosas, quizás podríamos desestimar sus tendencias universales. Ostrom (2010) arguye sin embargo que las instituciones de escala global no han pasado la prueba, son lentas y están esclerotizadas para hacerle frente a las crisis y desastres ambientales. No es suficiente asumir que la escasez de recursos, o la amenaza de desastres a gran escala, generarán, mágicamente en los sitios donde no existía, la demanda de la cooperación mundial para enfrentar los problemas ambientales. Ostrom arguye que los discursos del cambio climático han sido dominados por instituciones globalizadas, y no han sido capaces de aprender de o interactuar positivamente con los estados, comunidades, individuos y asociaciones que tienen en sus manos las soluciones para la descarbonización de la sociedad moderna. Patt (2010), por ejemplo, sostiene que la gobernanza regional de la energía es necesaria para iniciar una transformación del sistema energético que depende de los combustibles fósiles. Un enfoque plural podría fomentar la experimentación y aprendizaje, y facilitaría la acción individual y los compromisos. De hecho, esto podría ser un paso para acortar la distancia que nos separa de la solución.

3. Retos para el cambio ambiental global

Estos y otros temas representan retos enormes y profundos para la revista. Como Berkhout (2010) señala, el papel de las ciencias, y sus normas, actitudes y prácticas están siendo redefinidas en nuestro campo. Berkhout llama a que las posturas defensivas de las ciencias del pasado sean reemplazadas por nuevas perspectivas más positivas, que involucren cambios en las formas mediante las cuales los principios de las ciencias son aplicados. Para ello emplea la reciente controversia sobre en torno a la ciencia del clima, a fin de examinar lo que pudo haber cambiado en las relaciones entre ciencia, política y medios de comunicación. Identifica así tres importantes cambios: los procedimientos de la ciencia del clima se han abierto al escrutinio público, la ciencia del clima se ha politizado profundamente, como en el caso de los políticos y países que mayores compromisos tienen con la política del clima, y nuevos medios de comunicación han permitido el ingreso de muchas voces, a veces influyentes en el debate del clima. Pero, ¿en qué medida estos cambios afectarán de modo prolongado y relevante los modos de interacción entre la ciencia, la política y los medios de comunicación? En efecto, es demasiado pronto para responder esta cuestión. Los resultados de las mediciones recientes sobre el cambio climático en América del norte sugieren que en enero de 2010 hubo un gran incremento del cambio climático respecto a junio de 2010, el cual mostró una ligera disminución (Leiserowitz et al., 2010). Sin embargo, la revisión permanente del IPCC (InterAcademy Council, 2010), critican estas interpretaciones (Henderson-Sellers, 2010), y con un mejor escrutinio (Hulme and Mahony, 2010), es probable que se produzcan cambios en la evaluación inicial de los resultados. Una mayor apertura a los procesos de seguimiento del cambio ambiental, se extenderá a todas las evaluaciones científicas internacionales, y cuestiones similares se plantearán en relación con los juicios de expertos y la legitimidad de las representaciones de los actores implicados. La perspectiva de la interferencia deliberada en el sistema terrestre mediante obras de geoingeniería complicará mucho más los retos planteados.

La ciencia debe estar abierta al escrutinio público y nuestra revista puede contribuir a un debate público bien informado y a la discusión sobre la magnitud y dinámicas del cambio ambiental, sus impactos y respuestas sociales. Para ello debemos hacer todo lo posible para fomentar una geografía de la inclusión y facilitar la incorporación de perspectivas y visiones plurales. El ensayo de Turner (2010) discute estos temas en el marco de la ciencia de la sostenibilidad, e insiste en la necesidad de construir puentes entre especializaciones (y especialistas) en la gestión del cambio ambiental. Turner usa el marco de la ciencia de la sostenibilidad y sus componentes clave en los sistemas socio-ambientales, los servicios ambientales y compensaciones respectivas, a fin de comparar los conceptos y las comprensiones sobre la vulnerabilidad y la resiliencia. De este modo, sugiere que la comprensión de las compensaciones puede ser un camino clave hacia una ciencia más útil de los sistemas socio-ambientales.

4. Los progresos en el cambio ambiental global

Desde 1990 la población mundial ha pasado, aproximadamente, de 5.300 a 6.800 millones, con un incremento sostenido de la economía mundial, y acompañado de un incremento total y per capita en el consumo de muchos países del mundo, especialmente en Brasil, Rusia, India y China. Sin embargo, nuestro mundo sigue siendo asimétrico en el acceso a recursos y al consumo per capita tanto entre países como en los países mismos. Una revisión de los trabajos más citados en esta revista, muestra la importancia de cinco temas comunes: las causas e impactos del cambio sistémico y acumulativo, conceptos transversales tales como vulnerabilidad y resiliencia, métodos de administración, control y política, y diferentes perspectivas sobre el cambio climático.

La comunidad científica ha documentado y cuantificado claramente el cambio ambiental global, mejorando los modelos para comprender las consecuencias futuras de nuestras acciones, a pesar de las enormes incertidumbres que persisten. Las comunidades también han desarrollado herramientas para cuantificar nuestra huella ecológica y los efectos de nuestros estilos de vida más allá del entorno inmediato (Rees, 1992; Hoekstra and Hung, 2005), y que tienen un inmenso potencial para entender nuestras interconexiones a distintas escalas, tanto en términos biofísicos como socioeconómicos, lo que en efecto, tal como sugiere Rifkin (2009), puede contribuir a mejorar la empatía del sistema humano-ambiental. Pero quizás es en la frontera entre las percepciones individuales y colectivas, y en las acciones ambientales que avanzan poco a poco, donde existe un gran potencial para enfrentar los desafíos que al menos comprendemos bien. La investigación interdisciplinaria sobre el cambio ambiental global debe asumir un mayor compromiso con las éticas, y las ciencias psicológicas y comportamentales, a fin de entender las motivaciones y los cambios conductuales en sus contextos socioeconómicos y políticos, y las formas institucionales y gobernanzas que puedan fomentar nuevas tecnologías e ideas de ‘progreso’ en el cambio ambiental.

Referencias

• Berkhout, F., 2010. Reconstructing boundaries and reason in the climate debate. Global Environmental Change 20, 565–569.
• Devine-Wright, P., 2009. Rethinking NIMBYism: the role of place attachment and place identity in explaining place-protective action. Journal of Community & Applied Social Psychology 19, 426–441.
• Hamilton, C., 2010. Requiem for a Species: WhyWe Resist the Truth About Climate Change. Earthscan, London.
• Henderson-Sellers, A., 2010. Circling from virtuous to vicious: how the IPCC stopped helping and began hindering adaptive behaviour. In: 2010 Climate Adaptation Futures Conference. Gold Coast, July Abstract (accessed at 14th July 2010)http://www.nccarf.edu.au/conference2010/wp-content/uploads/3968-YRD-NCCARFConfProgram2010_WEB.pdf.
• Hoekstra, A.Y., Hung, P.Q., 2005. Globalisation of water resources: international virtual water flows in relation to crop trade. Global Environmental Change 15, 45–56.
• Hulme, M., 2010. Problems with making and governing global kinds of knowledge. Global Environmental Change 20, 558–564.
• Hulme, M., Mahony, M., 2010. Climate change: what do we know about the IPCC? Progress in Physical Geography 34, 1–14.
• InterAcademy Council, 2010. http://reviewipcc.interacademycouncil.net/ (accessed at 14th July 2010).
• Jackson, T., 2009. Prosperity Without Growth: Economics for a Finite Planet. Earthscan, London.
• Kahn, P.H., Severson, R.L., Ruckert, J.H., 2009. The human relation with nature and technological nature. Current Directions in Psychological Science 18, 37–42.
• Leiserowitz, A., Maibach, E., Roser-Renouf, C., Smith, N., 2010. Global Warming’s Six Americas, June 2010. In: Yale Project on Climate Change, Yale University and George Mason University, New Haven, CT. (accessed at 14th July 2010) In: http://environment.yale.edu/climate/files/SixAmericasJune2010.pdf.
• Ostrom, E., 2010. Polycentric systems for coping with collective action and global environmental change. Global Environmental Change 20, 550–557.
• Patt, A.G., 2010. Effective regional energy governance–not global environmental governance—is what we need right now for climate change. Global Environmental Change 20, 33–35.
• Pogge, T., 2008. World Poverty and Human Rights, 2nd ed. Polity, Cambridge.
• Rees, W.E., 1992. Ecological footprints and appropriated carrying capacity: what urban economics leaves out. Environment and Urbanisation 4, 121–130.
• Rifkin, J., 2009. The Empathic Civilization: The Race to Global Consciousness in a World in Crisis. Tarcher, New York.
• Rockstro¨m, J., Steffen, W., Noone, K., Persson, A˚ ., Stuart Chapin, F.I., Lambin, E.F.,
• Lenton, T.M., Scheffer, M., Folke, C., Schellnhuber, H.J., Nykvist, B., Wit, C.A.D., Hughes, T., Leeuw, S.V.D., Rodhe, H., So¨ rlin, S., Snyder, P.K., Costanza, R., Svedin, U., Falkenmark, M., Karlberg, L., Corell, R.W., Fabry, V.J., Hansen, J., Walker, B., Liverman, D., Richardson, K., Crutzen, P., Foley, J.A., 2009. A safe operating space for humanity. Nature 461, 472–475.
• Scott, J.C., 1998. Seeing Like a State: How Certain Schemes to Improve the Human Condition Have Failed. Yale University Press, New Haven.
• Singer, P., 2009. The Life You Could Save: Acting Now to End World Poverty. Random House, New York.
• Talberth, J., Posner, S., 2010. Ecosystem Services and the Gulf Disaster. World Resources Institute, Washington, DC. Available at http://www.wri.org/stories/2010/07/ecosystem-services-and-gulf-disaster (accessed at 14th July 2010).
• Turner II, B.L., 2010. Vulnerability and resilience: coalescing or paralleling approaches for sustainability science? Global Environmental Change 20, 570–576.

Correo de contacto: n.adger@uea.ac.uk (W.N. Adger)

julio16 de 2010

diciembre 10, 2010

CORTOMETRAJE CAVICA -ESTUDIANTES PERIODISMO UT-

LAS POSIBILIDADES DE LA NARRATIVA DIGITAL


Rastrear el hipertexto: "El caso de Roeglio Chart", incialmente pueden ir al blog titulado "EL DISCÍPULO DE ROGELIO CHART", luego naveguen intentando cohesionar las múltiples historias que se entrecruzan.

Finalmente, realicen un intertextualdiad en sus blogs, escribiendo un agregado a la historia e hipertextualizándola con las páginas que deseen. Se trata de construir una escritura rixomática
.

diciembre 08, 2010

SOBRE LAS PALABRAS DEL NOBEL LLOSA



Por: Carlos Arturo Gamboa

Hay algo que no se puede negar, cuando Vargas Llosa hace literatura o habla de ella su discurso pertenece a las grandes voces universales; así lo expresa en su Elogio a la lectura y la ficción, documento leído en la recepción del premio Nobel, en donde expresa que:

Seríamos peores de lo que somos sin los buenos libros que leímos, más conformistas, menos inquietos e insumisos y el espíritu crítico, motor del progreso, ni siquiera existiría. Igual que escribir, leer es protestar contra las insuficiencias de la vida. Quien busca en la ficción lo que no tiene, dice, sin necesidad de decirlo, ni siquiera saberlo, que la vida tal como es no nos basta para colmar nuestra sed de absoluto, fundamento de la condición humana, y que debería ser mejor. Inventamos las ficciones para poder vivir de alguna manera las muchas vidas que quisiéramos tener cuando apenas disponemos de una sola.


Esta alta concepción del oficio de lector y de escritor, sólo puede nacer de alguien que a través de su vida ha propendido por un ejercicio reivindicativo del arte y que ha dejado, incluso sin los ribetes de un Nobel, una obra prolifera en donde su voz narradora deleita y sorprende por el uso del lenguaje.

El problema del discurso de Vargas Llosa se hace visible cuando, como defensor de la democracia liberal, trata de justificar el sistema como el mal menos malévolo, incluso como la panacea de la historia. Su confesión de marxista desencantado no alcanza a justificar su torpeza política, ya que juzga como malvados a unos y olvida la tiranía de los otros. Su sapiencia lo hace retornar a las palabras de Arguedas cuando afirmara que el Perú era un lugar en donde confluían “todas las sangres” y reclama, con justa razón, que nuestros pueblos aborígenes aún están sometidos a las tiranías que no han respetado sus cosmovisiones; pero en esa contradicción discursiva de ansiedad defensora de un modelo de globalización que no respeta la identidad de los pueblos, llega a tildar de “democracias populistas y payasas” a Bolivia y Nicaragua, negando con ello el proceso boliviano que le ha demostrado al mundo que aún es posible reivindicar el derecho de autonomía de los pueblos. Igual olvida Vargas Llosa que si existe una democracia payasa en el mundo es la que lidera los Estados Unidos de Norteamérica. ¿Cómo puede alguien con la sagacidad de pensamiento de Llosa encubrir esta realidad latente? ¿Por qué denunciar procesos como los de Venezuela y Cuba y guardar silencio ante la barbarie de Guantánamo, de Abu Grhai y Pakistán?

Si bien Llosa afirma descreer de las “ideologías totalitaristas”, su discurso avala la peor de todas, la ideología del libre mercado, del capitalismo de consumo y la democracia impuesta, incluso por medio de la barbarie. Es tan miope la mirada del Nobel que llega a firmar refiriéndose a Latinoamérica, que:

…en el resto del continente, mal que mal, la democracia está funcionando, apoyada en amplios consensos populares, y, por primera vez en nuestra historia, tenemos una izquierda y una derecha que, como en Brasil, Chile, Uruguay, Perú, Colombia, República Dominicana, México y casi todo Centroamérica, respetan la legalidad, la libertad de crítica, las elecciones y la renovación en el poder. Ése es el buen camino y, si persevera en él, combate la insidiosa corrupción y sigue integrándose al mundo, América Latina dejará por fin de ser el continente del futuro y pasará a serlo del presente.

Esta sentencia, más que mal intencionada es inocente, es la mirada inocua de un escritor que tal vez confunde sus ficciones con las realidades, porque desconoce las diferencias enormes entre procesos como los de Brasil y Colombia, y termina apoyando todos esos desmanes que en nombre de la democracia se han gestado en Colombia durante las últimas décadas, en donde por conservar un modelo se ha negado el mayor valor del ser humano, la vida misma. Decir que aquí “se respeta la legalidad, la libertad crítica, las elecciones y la renovación del poder”, sólo hace pensar que Vargas Llosa lleva años sin visitarnos, o que no lee los diarios, o que no escucha el llanto de un pueblo sumido en la pobreza, en la injusticia y en la violencia, mientras los defensores de la democracia venden sus recursos naturales y se enriquecen en sus recintos, alejados de la realidad de un pueblo que se ahoga entre el invierno y el olvido.

Amigo Vargas Llosa, seguí ficcionando, seguí en los territorios de la escritura, pero por favor no intente hacernos creer que la democracia globalizada es el remedio, que este es el tiempo de la justicia, porque nunca antes el dolor humano fue tan grande y el miedo al futuro tan arraigado. Amigo Llosa, un abrazo por ese merecido premio Nobel, pero no olvides que estas ciudades tienen sus propios perros.

Ibagué, Diciembre 8 de 2010.

diciembre 03, 2010

EDUCACIÓN Y DEMOCRACIA, MITOS INCONCLUSOS


Por: Carlos Arturo Gamboa

Si aceptamos que filosofar implica «pensar», como estado esencial de la naturaleza humana, se puede plantear que somos un pueblo con una profunda tradición filosófica. La génesis del «pensar» en el origen de las cosas dio en la antigua Grecia el apogeo del mito, pero su gran valía fue que como cultura propendió por la pluri-diversidad de formas para explicar el mundo y sus fenómenos, cuestión diferente al modelo cristiano quien construyó su mito basado el unicidad: un solo dios, un solo credo, una sola fe, un solo destino. Nuestros pueblos originarios construyeron su cosmogonía dentro de la lógica universal, por eso en Latinoamérica la diversidad mitológica, basada en el respeto por la madre tierra, la naturaleza (flora y fauna) y el hombre como custodio de la misma, fueron las esencias de esas múltiples expresiones traducidas en mitos, leyendas y formas multi-teológicas, que alcanzaron niveles superiores de pensamiento.

En el intento de la mayor barbarie humana por arrasar una cultura, los europeos, en cabeza de España, ignoraron nuestra riqueza espiritual y se apropiaron de nuestra riqueza física, promoviendo una mixtura que fue desplazando nuestras maneras de «ser y estar» en el mundo. Esa misma lógica se impuso en occidente durante siglos, hasta que a través de reflexiones se fue desmontando el discurso, sin embargo, la lógica de la civilización siguió cabalgando sobre los principios cristianos; por lo tanto se trasladó el discurso de la unicidad en temas como desarrollo, ciencia, saber, conocimiento, democracia. Esta última categoría como forma de organizar los escenarios de la vida de las comunidades, terminó por erigirse como el nuevo dios, ahora no sólo de occidente, sino como metadiscurso, que igual que la religión de otrora es impuesta incluyendo mecanismos de barbarie.

La democracia, como unicidad es discurso y accionar hegemónicos, no permite la pluri-diversidad de nuestras formas de pensarnos y determinarnos como colectivos. Latinoamérica, de nuevo, queda atrapada entre los ciclos históricos de la imposición, ahora no son válidas nuestras formas de ubicarnos en relación con nuestras necesidades, sino que por el contrario, debemos asumirnos a la gran corriente global que determinó hace siglos que el modelo es democracia o muerte. Esa lógica fatal debe ser repensada, para proponer no una democracia, sino muchas, o quizás ninguna, tal vez otra forma pensada desde nuestra condición de hombres con profundas ansias de libertad.

Ahora bien, dentro de ese «pensar», esencia de la filosofía y por ende de la educación, es necesario replantear nuestras maneras (no modelos) de construir el saber, ya que la escuela responde al modelo de unicidad impuesto: un solo saber, un solo poseedor del conocimiento, una sola forma de administrar el saber, un solo sujeto atado y sin posibilidades de liberación. La escuela, y aquí tomamos este concepto como todo lugar en donde la unicidad impide la liberación, llámese colegio o universidad, no puede quedarse inerme frente a la lógica de unicidad. No podemos construir nuestros devenires educativos bajo las lógicas de la democracia económica, debemos construir nuestra democracia, y en ella deben estar presentes todas nuestras pulsiones que como seres multi-diversos nos son propias. En la educación, como rito que reactualiza el mito, se debe hacer presente el mundo antecesor de lo que somos, para poder reubicar nuestros discursos, evitando por lo tanto la imposición de esa unicidad que nos desconoce como seres humanos.

Por lo tanto, desde esta antropo-esencia latinoamericana, no es viable aceptar los modelos que bajo la dinámica de la democracia del mercado pretenden unificar los discursos educativos, juego de poder que protegidos por conceptos como desarrollo, competencias, civilización, estándares, se erigen como las nuevas verdades que ahora el norte dirige desde una concepción errónea del ser humano. No hay libertad sin pensamiento y esos modelos lo primero que erradican del contexto educativo es el «pensar», porque este se torna innecesario dentro de la lógica del hacer. Hacer como eje central del hombre competente, es la forma más elaborada de impedir ser libre.

La dificultad de construir un frente que le permita a Latinoamérica pensarse así misma, y a la escuela desarrollar una forma que propenda por la inclusión de lo que somos como praxis elemental de nuestra acción pedagógica, radica en que desde que los españoles arribaron con sus arcabuces, violaron nuestras indígenas, mataron y esclavizaron nuestros hombres y robaron nuestras riquezas, un profundo miedo quedó incrustado en nuestro ser. Somos producto del miedo, de la atrocidad y de los sueños de libertad. El miedo es la columna vertebral de las sociedades de consumo en donde la democracia como dios protege a sus feligreses de los nuevos terroristas, los hombres que añoran la libertad. Por tal razón, sólo nuestro deseo de libertad despertará el «pensar», y con ello podremos enfrentar esos demonios dormidos que han consumido nuestros sueños. La acción educativa es un camino para emprender los nuevos ritos del hombre latinoamericano, sólo de esa manera el mito inconcluso podrá sanar la honda herida que el miedo sigue perforando.

noviembre 26, 2010

ESCRITURA CREATIVA I


EL ETHOS UNIVERSITARIO EN LA UT


Por: Alexander Martínez Rivillas
Profesor UT-Corriente Anticapitalista

El ethos universitario exige un respeto por el conocimiento, que no alberga obediencia, sino que implica la suspensión reflexiva de las prácticas de saber y el saber práctico para dar entrada a otros saberes y prácticas. El saber por el saber, la minimización del interés personal en la prefiguración del saber, la suspensión de las teorías y tecnologías del saber aceptadas sin reparos para comprender otras, quizás menos adecuadas o quizás no, la gravedad de sus novedosas conclusiones, los alcances de sus nuevos presupuestos, la apertura de otras perspectivas de comprensión y consenso científico, la contención de los propios prejuicios y el despliegue de la ingenuidad inquisidora que pone en cuestión lo evidente, la revisión permanente de la política tradicional, de izquierda y derecha, y sobre todo el cuestionamiento radical de su accionismo, de sus delirios, de su elocuencia gratuita, todo ello y más, representa el ethos universitario.


Me desconcierta a diario ver la facilidad con que varios colegas y estudiantes avanzados se despachan en calificaciones sobre distintos temas del concierto universal del conocimiento. Me deja estupefacto el afán y la facilidad con que resuelven un debate histórico de cualquier naturaleza. Me indigna a veces la imbecilidad de otros que creen despejar con certezas personales e imprecaciones ideológicas los problemas sociales y políticos de nuestro tiempo. Pero lo que realmente constituiría una especie de patología social es el desprecio de aquéllos compañeros por la erudición, la ilustración, la consistencia lógica o paralógica, el debate serio y razonable, la vitalidad y la autenticidad de la palabra o de la imagen. Cada una de sus manifestaciones parece ser un desafío a una suerte de orden conservador (de izquierda y derecha) y existencialmente hacendatario y mediocre de la UT.


He visto despachar problemas del saber con expresiones reduccionistas y casi pendencieras, como los siguientes: Ante las consecuencias sociales de la genética he tenido que escuchar que son asuntos de dios, ante el problema del continuo matemático he escuchado decir que son retóricas científicas de desocupados, ante las implicaciones del aborto he visto un gesto sancionatorio y ramplón, ante mi ilusión de constituir un observatorio astronómico he visto otro gesto parroquiano de desprecio, ante la urgencia de implementar un curso de sociología matemática y de lógica paraconsistente no he logrado otra cosa que sacar un ademán de indiferencia, a veces acompañado de la expresión ¡y eso para qué¡, ante el intento de un laboratorio de modelamientos matemáticos de ecosistemas, no he encontrado compañeros de viaje; ante el origen de la vida y del hombre, ante la biogeoquímica terrestre y la economía ecológica, me han hecho saber que su inutilidad regional es patente.


Pero lo que realmente supera todo límite razonable es tener que ver aduladores de Marx, que no leyeron si no manuales tristes de traducciones castellanas del ruso sobre un autor menor que propagaba una doctrina imaginaria de Marx. Conocedores infalibles de Freud, Lacan y Žižek, cuyas tesis se resisten a todo tratamiento superficial y a todo lector superficial. Maltratadores del griego y el latín (no porque lo practiquen), que aun piensan que es innecesario y aristocrático (sin mencionar su indiferencia por otras lenguas colombianas como el Uitoto, Nasayuwe, Guambiano, para hablar de las más cercanas). Pero también los hay entre vocingleros de filósofos mayores y menores, que con especialidad gratuita ponderan con una vehemencia extraordinaria sobre las influencias de Schelling en Nietzsche, de Hegel en Marx, de Foucault en Bourdieu, en fin, sin tener contacto con las obras mismas, o creyendo que se agotan con una aproximación escolar. Entre otras desventuras académicas que he visto padecer.

Finalmente, sobre el activismo político y el desprecio de la teoría política, las consecuencias son realmente lamentables. Cualquier tono académico o reflexivo afincado en la tradición intelectual occidental o americana, es visto por estos compañeros como un reflejo vulgar del eurocentrismo. Cualquier llamado a la teoría sobre el quehacer cotidiano es visto como sospechoso, o sea, liberal, demo-fascista, reaccionario, y hasta derechista. No obstante, jamás se percataron que teoría es también acción, que es una imposibilidad teorizar, argumentar, comunicar o simplemente hablar, sin que nadie o nada pueda resultar afectado. Y claro, se olvida que la acción social, y sobre todo la política, se mueve estructuralmente en campos simbólicos, los cuales deben ser estudiados rigurosamente por nosotros mismos. En fin, se olvida (o quizás jamás conocieron) a Leopoldo Zea y Enrique Dussel, quienes con una erudición que produce vértigo son cofundadores de la filosofía latinoamericana, americanistas comprometidos y propagadores serios de un discurso sólido contra el eurocentrismo. De hecho, lo que mis compañeros, quizás involuntariamente quieren, es separar la realidad de la teoría, reemplazar la reflexión por el simplismo y la mala retórica, la consigna por la investigación, la dificultad de pensar por la facilidad del accionismo, el compromiso social realmente consecuente por el ruido y la vocinglería del deseo.


Mi invitación es a contribuir a la construcción de un ethos universitario, a superar esta minoría de edad, esta ausencia de erudición, y esa indiferencia ante lo real, o sea, ante un Tolima que requiere de transformaciones sociales y ambientales urgentes, lo que en efecto solo podemos enfrentar, en el marco de la UT, con una mejor comprensión de nuestros problemas y formando estudiantes infinitamente sensibles ante el conocimiento y los dramas humanos.

noviembre 18, 2010

JUEGOS REVOLUCIONARIOS


Por: Carlos Arturo Gamboa
La política es a veces como la gramática: Un error en el que todos incurren finalmente es reconocido como regla. (Andrè Malraux)

Cuando Esquivel llegó a la casa no encendió el televisor como de costumbre. Esa noche obvió sus recorridos por FOX, SPN y otros canales deportivos, únicos refugios que aún conservaba en esa antigua caja obsoleta de imágenes. Esa noche tampoco quiso salir a la esquina en donde sus panas departían entre humos varios. Lo que si hizo Esquivel fue conectarse a Facebook y a MSN, buscaba rastros de algo, buscaba que alguien le explicara aquellas dudas que aún revoloteaban en su cabeza. Pero no encontró a nadie allí, salvo dos amigas que intercambiaban emoticones. Entonces apagó su PC y se recostó en la cama. Recordó la gente en las graderías vociferando frases populistas, invitando al cambio. Vio de nuevo la cara una chica que tomaba notas, como si estuviese en trance. Vio también algunos rostros conocidos, la mayoría de jóvenes activistas que trataban de ganar algún espacio para sus voces. Entonces escuchó el vozarrón que hizo callar el público, y en esas palabras que como saetas inundaron el recinto, creyó encontrar el mensaje que buscaba. Luego vino un silencio casi estúpido. La mayoría levantó la mano y aprobaron algo que Esquivel no podía entender. En segundos el recinto quedó vació y casi no alcanza la chica que tomaba notas para preguntarle:

- Oiga dime, ¿qué fue lo que aprobaron?

La chica lo miró como si acabase de haber visto un habitante de Saturno y le contestó:

- Pues acaban de decretar la Revolución.

Luego se perdió en los giros de la noche, dejando que su falda la batiera el viento. Entonces Esquivel alcanzó a gritar sin obtener respuesta:

- ¿La Revolución contra quién?

Noviembre 18-2010

noviembre 14, 2010

LLUVIA DE NOVIEMBRE


Por: Carlos Arturo Gamboa

Sigue noviembre y sigue lloviendo, como en el poema de Mutis “ha vuelto a llover esta noche un agua persistente y vastísima, que crece las acequias y comienza a henchir los ríos, que gime con su nocturna carga de lodos vegetales”. Pareciera que el cielo llorará un duelo interminable, un duelo de tiempos y de cuerpos mutilados por la historia. Llueve en noviembre y los cuerpos petrificados en el lodo armerita siguen fríos. Llueve en noviembre y los cuerpos mutilados en el palacio de justicia esperan en silencio. Llueve en noviembre y un país hecho de tumbas, de sueños frustrados y de olvidos, se deshace ante el furioso gotear de las montañas. 

Cuando llueve los hombres se encojen, se refugian en sus sacos, se adornan de sombrillas. Las luces de las ciudades enmudecen el asfalto, los vegetales de los campos se aferran a la tierra. Cuando llueve la madre tierra se despierta y empieza a tejer sus convulsiones. Sigue lloviendo y la tierra se derrite, los árboles se desploman bajo el traquetear de avalanchas, los cauces crecen y desbordan sus caminos. Llueve en noviembre y la historia se repite, las tierras anegadas de miseria, olvidadas por los dueños del destino, crujen, se lamentan, se oxidan, se olvidan. Los hombres en sus altos rascacielos olvidan que llueve en noviembre, olvidan que los campos producen su riqueza, sólo sueñan con sus cuentas en Miami.

Mientras las llanuras se ahítan de acuosidad, las ciudades se desbordan de corrupción. Llueve a cántaros y las voces cansadas de denuncias no alcanzan a dibujar tanta ignorancia. Ellos lo han gastado todo, han transado con la dignidad de nuestras tierras, han carcomido las entrañas de la tierra. Los corruptos, lo que con extensos días en los puestos se han apoderado de lo que era nuestro y ahora lo reparten entre los secuaces, siguen sentados en sus sillas, mientras los ilusos aclaman sus hazañas.

Lluvia de noviembre, que arrecia sobre las cumbres de un país hecho de olvido, sigue azotando el fugaz delirio de los árboles, sigue aumentando el cauce de los ríos, sigue de día y de noche aumentando el caudal de tus misterios. Lluvia de noviembre, despertad a la madre tierra y conducidla con su avalancha de lodo a los enormes rascacielos, entrad por sus ventanas y ahogad los tiranos que alegres se reparten el pan de nuestros hijos.

noviembre 10, 2010

CONVERSATORIO A CIELO ABIERTO




CONVERSATORIO A CIELO ABIERTO: UNIVERSIDAD Y SOCIEDAD

DEMOCRACIA UNIVERSITARIA

La discusión sobre la construcción de un modelo de participación democrática en el interior de la Universidad del Tolima, debe responder al respeto de la Autonomía que ha venido siendo entregada a los intereses particulares, económicos y seudo-políticos del entorno. Retornar al concepto de Autonomía es vital para potenciar la democracia y el pluralismo de pensamientos y acciones alrededor de un proyecto de Universidad que logre derrotar el enquistamiento burocrático, las transacciones de intereses y el tráfico del bien publico. La Academia, las libertades y la función social de la Universidad del Tolima no pueden estar sometidas a las lógicas de un sistema inhumano que alimenta la desigualdad, la depredación del planeta, el desprecio del saber, la descalificación del otro, del pensar y de la vida.

BIENESTAR UNIVERSITARIO

El bienestar universitario debe ser entendido como las múltiples relaciones que se establecen entre los miembros de la comunidad educativa con el fin de construir una ética que permita dilucidar los caminos de la equidad, la justicia y el respeto por la diferencia; por lo tanto pasa por la implementación de escenarios reales en donde esas ideas se plasmen desde lo cultural, lo afectivo, el respecto por la diferencia, la garantía de permanencia, el acceso a los servicios puntuales y sobre todo, al libre ejercicio de la participación en el cogobierno de los bienes públicos.

LO INVITAMOS A PARTICIPAR…SU OPINÓN ES IMPORTANTE.
TEATRINO PARQUE DUCUARA JUEVES 11 DE NOVIEMBRE 6:00 PM.



CONSIDERACIONES GENERALES SOBRE LA IDEA DE UNIVERSIDAD




CONSIDERACIONES GENERALES SOBRE LA IDEA DE UNIVERSIDAD, EN EL MARCO DE LAS ASAMBLEAS DE PROFESORES SOBRE LA REFORMA CURRICULAR DE LA UNIVERSIDAD DEL TOLIMA, NOVIEMBRE 4 DE 2010.

Por: Alexander Martínez Rivillas. alexandermartinezrivillas@gmail.com
Profesor de la Facultad de IA-UT

IDEA DE UNIVERSIDAD


Una universidad deseable en abstracto requeriría de recursos ilimitados, talentos científicos idóneos, gobernanzas infatigablemente transparentes y solidarias, administradores infalibles, estudiantes altamente sensibles con el saber universal y la cotidianidad local, docentes con una enorme potencia crítica, compromisos eficientes con formas de autodesarrollo solidario de sus comunidades locales y regionales, y un marco social nacional y regional sin pobreza y con democracia profunda, entre los aspectos fundamentales. Esta utopía de organización universitaria no es posible, pero nos es dable como un horizonte de sentido de una idea de universidad, esto es, la universidad como ethos del saber, la solidaridad y la transformación crítica de lo real.


No obstante, el Tolima requiere de una universidad que, sin perder de vista aquella idea de universidad, pueda mejorar ostensiblemente su quehacer natural y la función social en su región natural de influencia. Requiere en fin de una pragmática crítica de universidad a fin de sortear con eficiencia las circunstancias tan adversas que se nos imponen. Esta pragmática es en realidad un modelo practicable de universidad, el cual debería orientar cualquier plan de desarrollo de nuestra universidad.

OBJETIVOS ETICOS DE LA REFORMA


El espíritu de la ética se forja o despliega, en nuestro caso, en el ethos universitario. Esta ética debe ser en últimas la práctica cotidiana de aquella idea utópica de universidad. Esta práctica cotidiana es en sí misma una política universitaria en desarrollo. Y esta política es en realidad el campo de concepción de aquel modelo practicable de universidad. En resumen, una idea de universidad debe inspirar una ética universitaria, ésta debe constituir la política universitaria, pero ésta a su vez debe determinar la pragmática crítica de la universidad, y esta última debe inspirar sus planes de desarrollo y su quehacer cotidiano.


En consecuencia, una ética mínima universitaria debería en mi opinión contener: a) un saber científico, técnico y humanista para el mejoramiento de la vida individual y colectiva de nuestros espacios sociales de influencia; b) expansión de la solidaridad del saber e investigación infatigable sobre el saber solidario; c) ampliación y práctica cotidiana del saber ambiental; d) responsabilidad con el desarrollo de un saber propio o autocomprehensivo; e) responsabilidad con la comprehensión dialógica del otro; f) reducir al máximo las relaciones de poder que circulan en la vida universitaria; g) implementar mecanismos de elección social que fomenten la deliberación y reduzcan el representacionismo, o sea, formas de elección ordinales y no cardinales; h) profundizar en formas de gobernanza simples, eficientes y directamente controlables por formas de interpelación asamblearias; i) fomentar una praxiología de la transformación reflexiva de nuestra región y el país en horizontes de democracia radical y economías efectivamente solidarias y sostenibles; j) desplegar en la comunidad su potencia política transformadora, y fomentar su participación activa en la vida política de la región y el país.

OBJETIVOS DE POLÍTICA DE LA REFORMA


En consonancia con aquella ética de mínimos, propongo un conjunto de objetivos de política universitaria, o de pragmática crítica universitaria, la cual debería convertirse en principio rector de nuestros planes de desarrollo, y que en principio podría debilitar algunos contenidos de nuestra idea de universidad. Dichas concesiones solo se justifican por las condiciones tan adversas que tenemos para adelantar reformas más consecuentes. No obstante, siempre es posible esperar que, ante la superación de aquellas condiciones, se pueda reincorporar con vitalidad la idea potente de universidad que concibamos.
En relación con la universidad:


a) Los procesos de producción de saberes científicos, técnicos y humanistas deben desarrollarse de manera autónoma y en horizontes de autocomprehensión. Esto indica que la autonomía universitaria, consagrada en la regulación colombiana, debe desplegarse al máximo, y que debemos desarrollar saberes propios mediante nuestra propia producción intelectual con referentes cotidianos más cercanos a nuestros entornos vitales.

b) Los procesos de “modernización” de la organización universitaria deben llevarse a fondo, no en clave eficientista o tecnocrática, sino en la perspectiva de una ética de la transparencia, la eficiencia reflexiva, la democracia profunda, y el valor superior del desarrollo del saber.

En relación con el contexto:

c) La universidad debe contribuir de modo estratégico al diseño e implementación de un proceso de producción de “riqueza” regional en clave solidaria. Esto implica interpelar los modelos rentísticos y monopolísticos de la economía del Tolima, e introducir modelos cooperativos de producción y formas de distribución de baja intermediación, en correspondencia con las demandas sociales y condiciones ambientales de la región. Dicho modelo es en últimas una propuesta de integración regional intensa y eficiente de la economía del Tolima, y no busca otra cosa que la mejora de las condiciones materiales de vida de su población.

d) La universidad debe contribuir de modo eficaz a los procesos de producción de gobernanza “moderna” en lo local y regional. Al respecto debo aclarar que al menos deberíamos contribuir a la mejora de sus desempeños administrativos y planificadores, y al menos suscitar el debate continuo sobre modelos de autodesarrollo a contrapelo de las hegemonías del desarrollismo neocolonialista.

e) La universidad debe contribuir al cuestionamiento profundo de sus élites económicas y políticas regionales, absolutamente insensibles ante la realidad social del Tolima, y absolutamente ineptas para enfrentar sus desafíos conexos. Esto implica desde luego la promoción crítica de nuevas “élites” económicas y políticas regionales, que puedan contribuir al desarrollo de nuestras economías solidarias, a la mejora de la gobernanza regional y a la financiación generosa de procesos técnico-científicos de la universidad. Estas élites deberían ser formadas por nuestra universidad en cualquier grado de escolaridad, y también deberían ser seriamente cuestionadas cuando dejen de cumplir sus funciones sociales fundacionales, o sencillamente desaparecer cuando la democracia profunda lo demande.

f) La universidad debe concentrar su área de influencia nacional en su espacio regional natural, esto es, el Tolima. Es necesario concentrar nuestros esfuerzos en el departamento para contribuir con más eficiencia al desarrollo de la idea de universidad y de su pragmática crítica. Debemos ante todo convocar a los talentos de nuestro sistema educativo en una universidad capaz de potenciarlos al máximo, ya sea en su campus, o en sedes tolimenses probablemente más fortalecidas. Dicho en perspectiva crematística: debemos disminuir los “costos sociales” de una errónea planificación educativa en el departamento.

g) En virtud de las anteriores acciones, la universidad debería ser un agente activo en la construcción de una identidad tolimense. No obstante, la universidad solo puede garantizar esta función de modo eficiente, cuando despliegue su potencial cultural en distintos centros urbanos del Tolima, lo que en efecto podría hacerse con un Centro Cultural más fortalecido.

ESTRATEGIAS PRÁCTICAS DE LA REFORMA


En el marco de la idea de universidad y su modelo de desarrollo, anteriormente esbozados, mencionaré algunas estrategias prácticas que podrían ayudar a despejar el debate de la reforma universitaria:


a) Currículo: el currículo es tan solo un instrumento para organizar esquemáticamente el saber y sus procesos conexos, es solo una herramienta de gestión. Su importancia es solo burocrático-administrativa, y aún así puede vehicular con mucha facilidad una política deseable o indeseable. El currículo debe responder a contenidos que fomenten la potencia humanista, científica y técnica del saber, por tanto, la discusión del microcurrículo es esencial, esto es, no debe minimizar contenidos sin una delicada y ponderada discusión en cada unidad académica, y por el contrario debe maximizar los contenidos que mejor expresen las anteriores potencias. En ningún momento se debe ajustar el currículo a un número máximo de créditos, los créditos son apenas el resultado formal de los contenidos discutidos y consensuados. Si ellos superan la regla general no debería importarnos, como tampoco deberíamos ceder ante el chantaje, por demás ilegal, del ministerio de educación.


b) Descentralización y meritocracia: todas las plazas administrativas y de trabajadores deben someterse a concursos públicos desarrollados por una entidad externa. Por otro lado, todas las facultades e institutos deben someterse a un proceso de descentralización (o mejor, de funciones y ordenación de gasto), fuertemente regulado e integrado a nuestro modelo de desarrollo de universidad, a fin de fortalecer la iniciativa y la gestión de recursos, sin sacrificar por supuesto la idoneidad de sus desempeños académicos. Se debe debilitar las competencias de las vicerrectorías administrativa y de desarrollo humano, y reorganizarse en unidades administrativas técnicas y consultivas. En realidad, debemos aceptar que los ejecutores de la política universitaria no son las vicerrectorías, sino las facultades e institutos. Finalmente, es necesaria la creación inmediata de una editorial universitaria, descentralizada y con capacidad de gestión de recursos.


c) Competencias: ni calidad, ni competitividad, ni idoneidad laboral, ni perfiles laborales, ni las demandas del mercado, deben definir la substancia de nuestro modelo de desarrollo de universidad y nuestros currículos. Por el contrario, nuestro perfil profesional y nuestros currículos deberían obedecer fundamentalmente a la urgencia de cambiar una realidad que produce desempleo, pobreza, desigualdad, conflicto y contaminación ambiental (lo que se produce en efecto con mucha calidad, competitividad e idoneidad). No debemos hacer perfiles profesionales para profundizar el estado actual de cosas, sino que debemos hacer perfiles para transformarlas. Y no se trata de concebir programas disfuncionales, sino de concebirlos de modo tal que puedan ser funcionales a los procesos de transformación de nuestro entorno inmediato.